Quienes tienen la suerte de recorrer en el Valle Sagrado peruano el camino hacia Aguas Calientes, en la aproximación al Machu Picchu, muy cerca del yacimiento arqueológico de Ollantaytambo, se sorprenden al ver unos destellos en la pared de la montaña. Al fijar la vista descubren tres cápsulas que parecen de cristal ancladas a la pared que refulgen con el sol.
Y si los viajeros no sienten vértigo ni aversión a las alturas, es posible que deseen descubrir el camino para llegar hasta ellas.